Por: Walter D. Poppe Villa.
En la vida cotidiana aunque no es tan visible y evidente, muchas veces
estamos sumergidos en situaciones equivalentes donde la desesperación y
necesidad de algo puede empujarnos a experimentar momentos de intensa ansiedad.
En la frase "La paciencia conquista hasta las fortalezas más
impenetrables", probablemente lo primero en lo que se piensa es en un obstáculo externo y ajeno a nosotros mismos, al cual tenemos que vencer. Esto
es algo muy típico en el ser humano, ya que con mucha frecuencia se tiende a
mirar y juzgar hacia afuera, en lugar de enfocar nuestra atención a nosotros
mismos.
Es honesto y muy sincero que uno se realice un auto examen en esos momentos
de tensión, ya que las fortalezas a la que refiere la frase pueden encontrarse
varias de ellas muy probablemente en nosotros, más que en nuestro entorno por
ejemplo: el orgullo, el ego, y la auto justificación; pueden ser fortalezas tan
grandes y poderosas que pueden estar en la mayor parte de las circunstancias que
experimentamos, dominando las situaciones a las cuales nosotros nos
enfrentamos.
Existe un pensamiento popular que dice: "yo soy así, así seguiré y
nunca cambiaré", cuando se parte con un pensamiento de este tipo, no
simplemente estamos evidenciando una falta de predisposición para mejorar, sino también está mostrando que esas fortalezas (de las cuales cite unas cuantas)
son las que tienen el control en nuestra vida.
Es muy frecuente además que estas fortalezas "negativas" influyan
en sobremanera en nuestra manera de expresarnos, pensar e incluso sentir; trayendo como consecuencia conflictos en las relaciones y situaciones que experimentamos.
Una persona que por ejemplo tenga la tendencia a ser orgullosa, muy difícilmente admitirá sus errores y equivocaciones cuando las cometa; al igual
que le costará mucho por ejemplo
perdonar cuando alguien de cualquier manera llegue a lastimarla. Uno de
los factores principales en este caso, como se puede apreciar es el orgullo. Es
también este orgullo que muchas veces hace ver a las personas tan arrogantes e
incluso con un complejo de superioridad.
Por tanto estas fortalezas por supuesto negativas afectan el
relacionamiento con quienes nos rodean sean amigos, familia, compañeros de
trabajo o pareja. Y eso puede afectar mucho en nuestra calidad de vida
emocional y afectiva, aspecto el cual trae muy frecuentemente insatisfacciones
y frustraciones.
Debido a esto y en una perspectiva de mejorar la calidad de relacionamiento
y de vivencia, es que un cambio es muy necesario y es en este punto de
cambio que el factor determinante sera
la paciencia. Ya que el lograr atenuar, controlar y erradicar esas fortalezas, comúnmente es un proceso que toma tiempo, razón por la cual el pensar obtener
resultados inmediatos es algo iluso y ademas ingenuo.
Solo la persistencia constante centrado en el cambio que se espera logrará
los resultados anhelados, ahora será muy difícil tener persistencia si es que
no se tiene paciencia; ya que en el proceso se podrá observar tal vez cambios
pequeños pero que sumándolos a lo largo del tiempo podrán hacer la diferencia.
Meditemos por un momento en cuán sutiles han sido levantadas esas fortalezas
negativas y como con cada acción que hacíamos haciendo caso a lo que nos
sugerían se fortalecían más, hasta llegar al punto de poder ser incluso un
rasgo identificable en nuestra persona. Por esta razón es que sino se tiene
paciencia en conquistar lo profundamente cimentado a lo largo del tiempo
simplemente nos esperará otra derrota.
Escrito por: Walter Daniel Poppe Villa Larrea
Noviembre 2013
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